El complicado presente de Colo Colo ha desatado una seguidilla de problemas al interior del club que tiene “angustiado” a su DT, Gustavo Quinteros, quién confesó estar descolocado tras la derrota 3-1 ante Cobresal.
“Pensé que ya no tendríamos estos altibajos, la verdad estoy un poco angustiado porque veníamos de partidos buenos y ahora defensivamente mostramos muy poco. Me hago responsable”, expresó el técnico en rueda de prensa.
Y es que los albos no son ni la sombra de lo que fueron en la temporada pasada, donde solo tuvieron tres derrotas, las mismas que llevan en el actual certamen. Es indudable que atraviesan una crisis a nivel futbolístico, propiciada por las ausencias de Óscar Opazo y Gabriel Suazo, así como por el bajo rendimiento de quienes fueron piezas claves en el torneo ya pasado.
Quinteros sigue sin dejarse convencer por Jeyson Rojas ni por Bruno Gutiérrez para reemplazar al lateral derecho Opazo, por lo que ha optado por César Fuentes, quien ha sido volante toda su carrera. Asimismo, ha dejado en manos de Erick Wiemberg el papel que desempeñaba Suazo, pero tampoco está al nivel del hombre del Toulouse.
Por otra parte, ni Esteban Pavez ni Leonardo Gil logran responder como antes, y así sucede similarmente con Marcos Bolados, quien no ha recuperado su regularidad. Y para complementar, los refuerzos de esta temporada no han dado todo el rendimiento que esperaba Quinteros.
Los conflictos internos que hoy le pasan factura a Colo Colo
No basta con todo eso, también se suma el impasse que existe actualmente entre el estratega trasandino y Maximiliano Falcón, quién está marginado tras ser expulsado hace unas semanas ante Everton.
“Acá no hay un jugador que nos pueda mejorar todo el equipo. Falcón jugó en el inicio de la temporada y ahora le ha tocado ser suplente”, dijo el DT respecto a la suplencia de Maxi.
Pero uno de los peores conflictos que vive el Cacique tiene que ver con la situación actual de Jordhy Thompson, que fue separado del plantel tras ser acusado de agredir a su expareja en una discoteca. El juvenil era uno de los jugadores que convencía al entrenador, con una prometedora proyección, pero terminó decepcionando a todo el equipo y sus dirigentes.
La buena noticia es que ahora Colo Colo tendrá prácticamente un mes para rehacer las estrategias y probar nuevas formulas que favorezcan al crecimiento de la escuadra alba, ya que regresan a las canchas el próximo 16 de abril para disputar el clásico ante la Universidad Católica.